Me llamo Dorian Gray y, ahora que se acerca el final, ha llegado el momento de que conozcáis mi historia. Sí, soy aquel retrato que durante años sufrió los excesos del hombre que le cedió la imagen. Mientras el Dorian de carne y hueso se dedicaba a todo tipo de perversiones sin acusar el paso del tiempo, yo languidecí hasta transformarme en un espectro. Leer más.
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