Los cánones de belleza heredados del renacimiento nos hacen pensar que las esculturas del periodo clásico eran del níveo color que les otorgaba el preciado material del que estaban elaboradas, pero nada más lejos de la realidad. Hoy en día se cree que la mayoría de las esculturas del periodo clásico, estaban cubiertas de pintura. Y, ¿por qué no iban a estarlo? ¿No es lógico pensar que si la misión de las esculturas era reflejar la realidad, éstas deberían reflejar no sólo la forma sino también el color? Parece ser que ese era también el caso de la columna de Adriano. Leer más.