En aquellos remotos tiempos en los que los humanos convivían con dioses y demás seres mitológicos era muy sencillo saber que te deparaba el futuro. No había más que hacerle una visita al oráculo más cercano para despejar las dudas. Así, con un 100% de efectividad. Por eso, Acrisio, rey de Argos, preocupado por su falta de descendencia masculina, se acercó un buen día a Delfos. Me permito recrear la escena con alguna licencia:
- Oiga, quería saber si voy a tener algún hijo.
- De tu simiente no brotará vástago alguno.
- Pues vaya.
- Mas del femenino fruto que te dio Eurídice florecerá a su vez un retoño varón.
- Bueno, menos da un piedra, por lo menos tendré heredero.
- El heredero te matará.
- ...
- Oiga, quería saber si voy a tener algún hijo.
- De tu simiente no brotará vástago alguno.
- Pues vaya.
- Mas del femenino fruto que te dio Eurídice florecerá a su vez un retoño varón.
- Bueno, menos da un piedra, por lo menos tendré heredero.
- El heredero te matará.
- ...
Como os podéis
imaginar Acrisio no salió dando saltos de alegría e intentó arreglar las cosas
como se arreglaban por aquel entonces. No, no mató a su hija si eso es lo que
habéis pensado. Fue lo suficientemente “considerado” como para meterla en una
cámara de bronce donde no podría tener contacto alguno con el sexo masculino.
Pero el rey no contaba con que el eco de la belleza de Dánae, que así se
llamaba la hija en cuestión, llegase hasta el mismísimo Olimpo.
Zeus, el
todopoderoso dios de los cielos, quedó prendado de la belleza de la princesa.
Algo que tampoco se le debería de subir a la cabeza a la muchacha si tenemos en
cuenta la promiscuidad del susodicho. Para que os hagáis una idea, las lunas de
Júpiter llevan nombres de sus amantes y el planeta tiene, nada más y nada menos,
que 67 (no os asustéis, si ningún astrónomo me corrige, en el trigésimo tercer satélite
los amoríos se gastaron y tuvieron que recurrir a los nombres de sus hijas).
La cuestión es que
donde Zeus ponía el ojo, ponía la bala, así que sólo le faltaba pensar cómo
yacer con Dánae (sin el permiso de ésta, todo sea dicho). Y si hay algo que no se le puede negar al divino semental es que
sabía cómo llamar la atención. Por ejemplo, a Europa la raptó convertido en
toro blanco, a Leda la cortejó en forma de cisne y para desflorar a Calisto adoptó
la figura de la propia diosa Artemisa. Con ese currículo no creáis que entrar
en una cámara acorazada le supuso el menor esfuerzo. Pero había que hacerlo con
estilo, la mediocridad es asunto de mortales. De modo que transformado en
lluvia dorada se coló en la prisión de Dánae y la dejó encinta de Perseo
(donde ponía la bala sembraba descendencia). Es ese preciso momento el que reflejó
de forma magistral Tiziano en una de las obras que elaboró para Felipe II (Imagen 1).
Imagen 1. Dánae recibiendo la
lluvia de oro (130 x 181 cm) de Tiziano (1560 - 1565). Fuente: Museo del Prado
Ahí tenemos a una
sensual Dánae, entreabriendo sus muslos para recibir al dios, con cara de éxtasis
si le hacemos caso a la web del Prado (que cada cual opine lo que quiera). En
el otro extremo del cuadro, su criada corre como alma que se llevan las Moiras, a
recoger el dorado regalo. Y con esas dos figuras se crean magníficas contraposiciones:
la delicada blancura de la princesa frente a la oscura piel de la sirvienta, la
juventud frente a la vejez o la mujer desnuda frente a la cubierta. Dánae recibiendo la lluvia de oro, toda
una obra maestra y un hito en cuanto al desnudo femenino se refiere. Eso sí, pese
al nombre, Tiziano no usó oro en esta composición. Muy posiblemente el pigmento que da color a la
lluvia es el ocre amarillo (FeO(OH)) o el amarillo de plomo y estaño (Pb2SnO4)
tan habituales en la paleta del italiano.
Como veis, no solo
el oro es dorado. De hecho, hay un puñado de compuestos químicos que pueden
ofrecer ese color. Uno de ellos es el yoduro de plomo (PbI2),
gracias al cual se puede crear una lluvia de oro de manera sencilla y sin
intervención divina. El yoduro de plomo es una sal amarillenta de baja solubilidad
que al flotar en una disolución acuosa crea el espectacular efecto que podéis
ver en la Imagen 2.
Imagen 2. Lluvia de
oro en un Erlenmeyer. Fuente: The Home
Scientist
¿Cómo conseguimos
que se forme ese sólido? Pues de manera muy sencilla: usando yoduro de potasio
(KI) y nitrato de plomo (Pb(NO3)2), dos sales muy
solubles. Así, al juntar dos disoluciones de estos compuestos químicos, estamos
mezclando iones de plomo (Pb2+) y de yodo (I-), que al
alcanzar cierta concentración precipitan para dar lugar a la lluvia de oro. La
reacción sería la siguiente:
Pb(NO3)2
(aq) + 2KI (aq) → PbI2 + 2KNO3(aq)
Si queréis más
información sobre esta reacción en la web Education
in Chemistry hay un excelente vídeo
de Declan Fleming.
El fin de Acrisio
No considero que desvelar
el final de una historia escrita hace más de 2500 años sea spoiler, así que os diré que la profecía del oráculo se cumplió.
Eso sí, de una manera un tanto rocambolesca. Os invito a que descubráis como
continua este mito en el que aparecen Pegaso, Casiopea, Andrómeda y muchos
otros personajes que dan nombre a otras tantas constelaciones de nuestro
firmamento, donde brilla inmortal esta fabulosa leyenda griega.
Post Scriptum
Como me parece una pena acabar sin enseñar alguna obra artística más en la que figure la unión entre Zeus y Dánae (que se pintó antes y después de que lo hiciese Tiziano), os dejo unas imágenes de una vasija ática del siglo V a.e.c (Imagen 3) y de un cuadro del inconfundible Klimt (Imagen 4).
Post Scriptum
Como me parece una pena acabar sin enseñar alguna obra artística más en la que figure la unión entre Zeus y Dánae (que se pintó antes y después de que lo hiciese Tiziano), os dejo unas imágenes de una vasija ática del siglo V a.e.c (Imagen 3) y de un cuadro del inconfundible Klimt (Imagen 4).
Imagen 3. Cerámica griega de figuras rojas del museo del
Louvre (s. V a.e.c.) Fuente: Wikimedia
commons
Imagen 4. Dánae (77x83 cm) de Gustav Klimt (1907) Fuente:
Wikimedia
commons
Por @Oskar_KimikArte: “Esta entrada participa en la LXII
edición del Carnaval de Química, alojada en el blog ‘Huele a Química‘ de @hueleaquimica”
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