El cobalto no es un elemento químico tan conocido como el oro, el hierro o el cobre. Sin embargo, desde una posición más humilde ha jugado un papel fundamental en la Historia del Arte. En muchísimas ocasiones lo ha hecho desde el más absoluto de los anonimatos, ya que artistas y artesanos lo emplearon sin conocer su existencia hasta que Georg Brandt lo aisló en 1735. El elemento tomó el nombre de los kobolds, seres mitológicos a los que se acusaba de reemplazar los preciados minerales de los mineros sajones por otros que aparentemente no tenían ningún valor. Pero el cobalto luce en la puerta de Ishtar, en las vidrieras de Chartres o en los cuadros de Velázquez y Renoir. Leer más.
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